Todo profesional de la salud está expuesto a un alto número de agentes patógenos inherentes a la profesión.
Los pacientes, el personal auxiliar y los profesionales están expuestos a contraer enfermedades infectocontagiosas como SIDA, hepatitis B, tuberculosis, herpes e infecciones víricas.
El ambiente y las prácticas odontológicas representan un alto riesgo para la trasmisión de agentes patógenos, por eso deben aplicarse métodos de prevención y protección tanto para los pacientes, como para el personal auxiliar y los profesionales.
Se estima que en el mundo hay más de 200 millones de portadores asintomáticos del virus de la hepatitis B, existiendo varios informes de odontólogos y técnicos de laboratorio que han sido infectados por haberse expuesto a materiales contaminados. Este riesgo biológico se manifiesta principalmente a través del aire, agua e instrumentos, y para contrarrestarlo debe contar con los sistemas de seguridad y control adecuados.
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