Riesgos y complicaciones de la anestesia local en la clínica dental

Uno de los actos más frecuentes que se realizan en la clínica dental posiblemente sea la administración de anestesia local.

Sabemos que 9 de cada 10 intervenciones que se realizan en la clínica van a necesitar de un anestésico que permitirá evitar el dolor a nuestros pacientes.

De todos modos, sabemos que, aunque haya algún caso descrito de muerte debida a la administración de anestesia local en la literatura la morbimortalidad provocada por los anestésicos locales es muy baja.

Éxito de la anestesia local

Y en líneas generales parece sencillo ya que la base del éxito de la anestesia reside simplemente en depositar la cantidad suficiente de producto anestésico lo más cerca posible del nervio a anestesiar. Si esto es así entonces ¿Por qué hay algunas veces que la anestesia fracasa? ¿Por qué se producen complicaciones?  ¿Podemos evitarlas?

No podremos nunca asegurar que no se presente una complicación derivada de la administración de un anestésico local, pero nos debemos asegurar que seguimos en todos los casos, estos cuatro principios básicos.

  1. Realizar una historia médica completa de cada uno de nuestros pacientes
  2. Calcular correctamente la dosis necesaria (siempre en relación con el peso del paciente) y no sobrepasar nunca la dosis máxima.
  3. Intentar utilizar anestésicos locales con bajas dosis de epinefrina
  4. Individualizar el tipo y la duración del procedimiento anestésico para cada paciente.

¿Qué es la parestesia?

Una de las complicaciones derivadas de los anestésicos locales es la parestesia.

Definimos como parestesia el efecto de una anestesia persistente o a la alteración de la sensación que va más allá de la duración esperada.  Como hemos dicho, se trata de una complicación molesta de la administración de anestésicos locales y lo que quizá es peor, algunas veces totalmente imprevisible.

En la mayoría de los casos es complicado determinar el motivo causante de la parestesia.  En la literatura publicada se han establecido las cinco posibles causas más comunes.

  1. Traumatismo nervioso: Como conocemos, cualquier traumatismo nervioso podría ocasionar parestesia
  2. Experiencia profesional: Se ha descrito que hay una correlación significativa entre la incidencia de parestesia y la experiencia que tenga el profesional sanitario en la administración de anestésicos locales.
  3. Anestesia contaminada: Realizar una inyección de anestésico local contaminada con alcohol o solución esterilizante cerca del nervio puede provocar casos de parestesia ya que estas sustancias producen irritación y provocan edema, aumentando la presión en la región del nervio.
  4. Técnicas de inyección complejas: Algunas técnicas de inyección en las que la aguja se inserta en un agujero como el bloqueo nervioso de la segunda división maxilar a través del agujero palatino mayor, aumenta la probabilidad de lesión nerviosa
  5. Hematoma cerca del nervio: Que nuestro paciente presente un hematoma dentro o alrededor de una vaina nerviosa puede provocar una acción de la anestesia local más allá de la duración prevista.

Tendríamos que añadir a esta lista, aun siendo una posibilidad poco probable, que, si se produce el contacto de una aguja con un nervio, esto puede provocar un traumatismo que también derive en parestesia.

Como resumen diremos que el mejor modo de tratar una complicación es que ésta no se produzca.  Para ello, el odontólogo tiene la obligación de estar formado para reconocer sus síntomas y signos.

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Referencias y Bibliografía

García-Peñin, Apolinar / Guisado Moya, Blanca / Montalvo Moreno, Juan José: Riesgos y complicaciones de anestesia local en la consulta dental. Estado actual. SCIELO RCOE vol 8 nº 1 – en/feb 2003

Malamed, Stanley: Manual de anestesia local – 5ª ed.- Madrid : Elsevier, 2006

Piccinni C, et al.: Paraesthesia after local anaesthetics: an analysis of reports to the FDA adverse event reporting system / Basic & Clinical Pharmacology & Toxicology, 2015, 117, p. 53-56

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