Cuando el tejido blando que recubre las piezas dentales se daña como consecuencia de una infección en las encías estamos ante la temida periodontitis. Una patología oral que si no es tratada a tiempo puede llegar a producir hasta la pérdida de los dientes. Desde DVD Dental te contamos todo lo que necesitas conocer sobre la enfermedad periodontal y los tratamientos más efectivos para erradicarla.
Periodontitis: cómo prevenirla
Si bien la enfermedad periodontal aparece con cierta frecuencia en los pacientes adultos, lo cierto es que en la mayor parte de los casos puede ser prevenida con el adecuado asesoramiento por parte del dentista. Para ello, se hace fundamental que el paciente adopte unas buenas medidas de higiene dental, con el fin de mantener alejada la placa bacteriana que puede producir la inflamación e infección de las encías. El cepillado debe efectuarse después de cada comida y de manera completa, incorporando productos de higiene dental imprescindibles como la seda dental, el colutorio y un irrigador bucal. Las revisiones habituales con el dentista son otra de las claves en materia de prevención.
¿Por qué se produce la periodontitis?
La periodontitis aparece como el resultado de la proliferación de las bacterias en la cavidad oral. La placa, formada cuando los almidones y los azúcares de la comida interactúan con las bacterias, es por tanto la causante de esta afección que suele comenzar con gingivitis: una versión más leve de la enfermedad de las encías. La irritación y la inflamación de los tejidos blandos e, incluso, los pequeños sangrados que aparecen ya en esta fase de la enfermedad son señales tempranas de enfermedad periodontal que el paciente debe atender de inmediato y buscar la consulta con el dentista.
Si la gingivitis no es tratada a tiempo suele derivar en periodontitis, con la formación de bolsas en las encías que se llena con sarro dental y placa bacteriana. Esta inflamación crónica producida por la periodontitis de larga duración debilita el sistema inmunitario y, además de ocasionar la pérdida de piezas dentales, puede cursar con otras complicaciones si las bacterias entran en el torrente sanguíneo a través del tejido gingival. En estos casos, la enfermedad periodontal aparece relacionada con enfermedades respiratorias, artritis reumatoide, enfermedad de las arterias coronarias y problemas de control de la glucosa sanguínea en la diabetes.
Tratamiento de la enfermedad periodontal
Según el grado de gravedad de la enfermedad periodontal, el dentista decidirá el tratamiento a seguir. En la actualidad, existe una amplia gama de técnicas quirúrgicas y no quirúrgicas para enfrentar la gingivitis y la periodontitis. Entre los tratamientos no quirúrgicos, aplicables cuando la periodontitis no está avanzada, destacan el raspado con instrumentos, láser o dispositivo ultrasónico (para la eliminación del sarro y placa bacteriana), el alisado radicular y la administración de antibióticos tópicos u orales para hacer que la infección remita. Hoy en día, existe una amplia gama de antibióticos tópicos para comodidad del paciente y su tratamiento, como los enjuagues bucales o los geles.
Fase quirúrgica del tratamiento periodontal
En los casos de mayor gravedad, cuando el avance de la periodontitis es ya considerable, será necesaria la intervención quirúrgica. En estos casos, el dentista puede proceder a realizar la cirugía con colgajos, destinada a la reducción de las bolsas y consistente en pequeñas incisiones en la encía para eliminar esta parte de su tejido.
Los injertos de tejido blando constituyen otra opción quirúrgica cuando el odontólogo busca reforzar parte del tejido blando dañado por la enfermedad. Para ello, extrae una pequeña cantidad de tejido del paladar y lo adhiere al nuevo emplazamiento. Un procedimiento similar es el que sigue la técnica de injerto óseo, mediante la cual se previene la pérdida de las piezas dentales y se ayuda a mantenerlas en su lugar, adhiriendo pequeños fragmentos del propio hueso del paciente a la zona ósea destruida por la periodontitis.
Pero los injertos óseos no son la única técnica quirúrgica posible en caso de daño óseo: la regeneración tisular guiada, consistente en un crecimiento controlado del hueso, ofrece grandes posibilidades. Mediante este procedimiento, el odontólogo coloca una pieza especial de tela biocompatible entre el hueso y el diente permitiendo en nuevo crecimiento del hueso sin que se introduzca en él tejido no deseado. También la aplicación de proteínas estimulantes de tejidos contribuye al crecimiento de huesos y tejidos. Esta técnica se basa en el empleo de un gel especial, enriquecido con las mismas proteínas que las que presenta el esmalte, en la raíz del diente afectado.