Xerostomía: el síndrome de la boca seca y cómo afecta a la salud de nuestra boca

La saliva es una sustancia imprescindible para garantizar una correcta salud oral. La producimos gracias a las glándulas salivales, tanto de día como de noche, y juega un papel muy importante en nuestro bienestar. Entre sus muchas funciones actúa como lubricante, tiene efecto cicatrizante y nos ayuda a detectar algunas patologías.

Xerostomía, ¿qué es?

La xerostomía se conoce también como síndrome de la boca seca y es una alteración que se produce cuando los niveles de producción de saliva descienden de forma considerable. Los últimos datos aportados por la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA) revelan que la xerostomía afecta, aproximadamente, a un 20% de la población. La sufren de manera más acentuada los mayores de 50 años.

Dado que la saliva ejerce funciones fundamentales en la boca, más allá de facilitar la masticación y deglución, esta afección de las glándulas salivales puede tener consecuencias en nuestra salud oral. Especialmente a nivel de higiene, ya que la saliva arrastra bacterias y microorganismos de la cavidad oral y favorece su limpieza.

Causas de la boca seca

La boca seca puede ser una sensación pasajera, pero si notamos la falta de humedad en la boca durante la mayor parte del tiempo, estaremos hablando de xerostomía. Las causas son muchas y están relacionadas con los hábitos diarios de cada persona. Así, el tabaquismo o el consumo de bebidas alcohólicas de forma habitual son dos de las primeras causas de esta patología, sumadas a una incorrecta alimentación.

También está asociado al consumo de ciertos medicamentos y como consecuencia de tratamientos contra el cáncer como la quimioterapia o la radioterapia. Ciertas enfermedades autoinmunes como el síndrome de Sjögren, sistémicas como la diabetes o incluso psiquiátricas como la depresión o ansiedad pueden favorecer la sequedad bucal.

Efectos y síntomas de la xerostomía: problemas de la boca

Como ya hemos avanzado, la saliva tiene una importante labor higiénica. Como consecuencia de la sequedad bucal puede haber una acumulación de bacterias en la cavidad oral, lo que favorece la aparición de caries dentales. También se es más propenso a que se desarrollen infecciones en las encías y, por tanto, a padecer enfermedades periodontales. Un efecto más o menos común que experimentan las personas con xerostomía es el mal aliento o halitosis.

La saliva también es una aliada en el momento de comer. Si no se produce la cantidad necesaria, tragar puede resultar una tarea más complicada y la digestión se dificulta. La faringitis, laringitis, dispepsia o estreñimiento también son consecuencias asociadas a una sequedad bucal severa.

Hay ciertos síntomas físicos que pueden ponernos en alerta, como el enrojecimiento e irritación en los tejidos blandos de la boca y un aspecto agrietado en labios y lengua que pueden llegar a convertirse en pequeñas fisuras y que dificultará la acción de hablar. Además, la sed constante es una evidencia clara de xerostomía.

Qué podemos hacer ante la xerostomía

Esta situación clínica es más habitual de lo que podamos imaginar en un principio. Dependiendo de las peculiaridades de cada persona y de las causas por las que se ha desarrollado xerostomía, las soluciones serán diferentes. En cualquier caso, serán los expertos en odontología los encargados de averiguar el origen del problema y determinar cuál es el tratamiento más adecuado. Actualmente existen múltiples técnicas para el diagnóstico de patologías en las glándulas salivales. Además, el dentista estudiará los hábitos de los pacientes con sequedad bucal.

Si se detecta algún medicamento que pueda estar provocando xerostomía es importante consultar con el médico que lo recetó la posibilidad de cambiar de medicación o bajar la dosis de la misma. Además, hay ciertos agentes humectantes que pueden actuar como sustitutos de la saliva. El primero de ellos es el agua, de vital importancia para mantenerse hidratado y para arrastrar esos microorganismos que se quedan en la cavidad bucal. Pero también se pueden encontrar formulaciones que incorporen flúor, xilitol, aloe vera, betaína y otras sustancias que aumentan la producción de saliva. Estas las podemos encontrar tanto en enjuagues bucales como en chicles o pastillas.

Otro de los tratamientos para la xerostomía es reforzar la higiene bucal. Existen dentífricos que ayudan a mantener lubricada la mucosa. El cepillado debe realizarse de forma pausada y con un cepillo dental suave, incidiendo en todas las zonas incluida la lengua. Esto también favorece un mejor aliento y una sensación de frescor en la cavidad bucal.

Visita a tu dentista de confianza si tienes dudas o necesitas asesoramiento sobre el tratamiento a seguir.

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